Texto: María Ducós – Fotos: Rosario Lanusse
La educación atraviesa uno de sus peores momentos. Los alumnos no se sienten acompañados ni estimulados por los docentes que están en la dura batalla de volver a conquistar el aula. Bajo este panorama, los centros de apoyo escolar se convierten en sustitutos esenciales de padres e hijos.
Llega diciembre y el momento de rendir por todo lo aprendido durante diez meses de clases. La cantidad de materias, el poco tiempo y el cansancio después de un año de mucho esfuerzo y sacrificio hacen casi imposible la gran hazaña de empezar las vacaciones sin ataduras. Comienzan los días de pileta y los programas se multiplican, pero en la cabeza de Lucía solo rondan las ecuaciones, los números romanos, los biomas y la historia de los aztecas. La presión por demostrar que puede aprobar es demasiado grande y la inseguridad crece y nubla su motivación. No se trata de una chica vaga o perezosa, ¡todo lo contrario!, pone mucho empeño en aprender y dedica muchas horas de lectura y práctica de ejercicios, pero su mamá se da cuenta de que la forma de impartir contenidos en el aula se tiene que rever porque no logra despertar en ella inquietudes que la entusiasmen, que saquen su mejor versión, que hagan brillar sus talentos.
Hace un par de años conoció ZUM, un centro de apoyo escolar en Santa Bárbara, el barrio de Eidico en Corredor Bancalari, donde ya pasaron alrededor de 3000 chicos en busca de confianza y seguridad para terminar el colegio o pasar de año. El alma de este gran emprendimiento es Paz Ferreyra Revol, Traductora Literaria y Pública de francés y Técnica en Turismo, que después de haber trabajado en muchos rubros y al ver el bajo rendimiento escolar de sus cuatro hijas, decidió plasmar su experiencia como profesional y como madre en este proyecto.
Las experiencias de haber transitado por varios colegios y observar que el sistema de educación no ayuda a nuestros hijos a encontrarse con sus grandes habilidades y talentos fue vital para hoy en día contener también a madres preocupadas por hijos que adeudan cada vez más materias. Lo primero que se necesita recuperar es el entusiasmo y la motivación por aprender, despertar en los chicos aquellos retos que sean el camino para conocerse mejor.
Desde su apertura en 2009, ZUM nunca dejó de crecer. “La clave de este éxito fue rodearme siempre de profesionales con un gran sentido de la responsabilidad y amor por la enseñanza” nos cuenta Paz. En ZUM se trabaja con amigos y conocidos, y todos los que llegan a formar parte de este equipo vienen por recomendación, lo que hace que se mantenga el espíritu de familia, donde los chicos son los más importantes. Al apoyo escolar se sumaron también profesionales como psicopedagogas, psicólogos, fonoaudiólogos y coaching en orientación vocacional.
Siembra y cosecharás
En diciembre y en febrero, el nivel de aprobación supera el 80%, ¡una cifra que habla por sí sola! Y este gran éxito es gracias al gran equipo de profesionales que hay detrás de ZUM. Los servicios que ofrece son varios y todos ellos están dirigidos tanto para niños como para adultos: apoyo escolar y universitario, tutorías anuales, idiomas, traducciones e intérpretes, cursos de técnicas y metodologías de estudio, coaching en orientación vocacional, psicopedagogía, psicología.
Hay chicos que estuvieron toda su vida relacionados con ZUM. Empezaron en la primaria, los han visto crecer y hoy vienen a buscar ayudar para materias de la facultad. “Es un placer cuando los ves como en su casa, y cuando lo académico se corre por un rato y nos cuentan sus experiencias personales. ¡Es muy gratificante!” relata Paz. En ZUM se respira buena onda, cada uno hace su aporte de su materia o especialidad y los vínculos, en muchas ocasiones, exceden los profesional y laboral. “A veces me pellizco, incluso después de tantos años, porque me cuesta creer que lo armé yo sola, sin ningún tipo de ayuda. ¡Un verdadero lujo!
Madres, capítulo aparte
Desde que se propuso ser también un acompañante para aquellas madres que notan que sus hijos están estancados y les cuesta salir de ese espiral de desmotivación y apatía, Paz siempre se reconoció como una más en ese grupo. Una madre de cuatro hijas que, por momentos, sentía que sus chicas no lograban encontrar su camino. Este aspecto en común hace que Paz hable el mismo idioma con madres que se aceran en busca de soluciones porque ella misma está atravesando esta situación también.
Se cansó de salir de reuniones de colegio devastada junto con su marido, y hasta a veces maltratados, porque sus hijos no se adaptaban a la media o porque los profesores debían hacer un esfuerzo extra para captar su atención en clase. Con el agravante de padecer un sistema educativo arcaico, injusto, del cual todos somos víctimas, el apoyo escolar se vuelve imprescindible, aun cuando los chicos son buenos alumnos. Por eso ZUM tiene su sello personal y su propia experiencia como materia prima.
Muchas madres creen que sus hijos nunca van a necesitar un apoyo extra, pero lo cierto es que a ZUM no solo asisten los que padecen el colegio, sino también aquellos buenos alumnos que quieren aprender método de estudio para mantener sus notas. También Paz cumple el papel de consejera cuando una madre llega desesperada porque no entiende cómo su hijo terminó llevándose doce materias, o cuando necesita sugerencias y recomendaciones a la hora de cambiar a sus hijos de colegio.
Hacer atractiva el aula es lo que se está pidiendo a gritos en estos momentos. En tanto, los docentes y colegios no tomen esta advertencia como el puntapié para cambiar la educación, los centros de apoyo escolar como ZUM serán indispensables.
Contactos
Paz Ferreyra Revol – Directora de Zum Apoyo Escolar y Universitario
Dirección: Centro Comercial Santa Bárbara Of. 29
Tel: 15-5577-8706
Mail: zumclases@gmail.com