Desde chica, Valu notó un amor especial por la pastelería. Empezó en su cocina y hoy ya tiene su local, una marca consolidada y las combinaciones más creativas del mercado. Nos compartió dos de sus recetas y nos contó un poco de su historia. Acá, el camino recorrido, en primera persona.      

Fotos: Rosario Lanusse       

Comienzo improvisado
Arrancar no fue fácil. Soy miedosa a la hora de tomar decisiones. Mi hermano tenía ganas de empezar algo propio y me propuso tener nuestra propia pastelería. Yo ya tenía varios seguidores en las redes y un poco de experiencia laboral. Conseguimos un local, pero la habilitación tardaba. Entonces tuvimos que instalarnos en mi casa, que terminó siendo un apartotel con todos los cuartos llenos de mis electrodomésticos. ¡Era un caos! Teníamos varios casamientos contratados, así que tuvimos que prohibir el acceso a la cocina, y así fue como sobrevivimos. Llegar al local con una cocina grande y cómoda fue algo increíble.

Distinguida creatividad
Desde chica me gustó mucho lo dulce y le prestaba atención a la presentación. Al no tener olor, la comida fría se vende por la vista, entonces es esencial el resultado final. Estoy constantemente pensando para traer nuevas ideas y combinaciones. Mi momento de inspiración suele ser cuando salgo a correr. Puede pasar que alguna combinación no quede bien en un principio, pero generalmente son bien recibidas. Me encanta salir de lo clásico y buscar recetas nuevas. Por ejemplo, sé que banana con dulce de leche es siempre un éxito. Entonces se me ocurrió hacer un budín de banana con dulce de leche y nuez. ¡Me enamoré!

Buen clima laboral
Actualmente somos cinco. Magda Raffetto (@maleraffetto) está al mando de todo. Es una genia trabajando y cocina como los dioses. Nuestra prioridad siempre fue el buen clima laboral. Ponemos música, charlamos y trabajamos mucho en serie para que todo sea responsabilidad de todos. Hay dos chicas en la caja que atienden y reciben pedidos. Entre ellas hay muy buena onda y hasta formaron un equipo de fútbol para jugar los sábados.

Disfrutando del trabajo
Me encanta ver que a la gente le gusta lo que hago. Muchas veces en las redes uno recibe comentarios crueles, pero por ahora conmigo es todo muy positivo. Todo lo que hacemos requiere de mucho esfuerzo constante, y ver los resultados y el reconocimiento es muy lindo. Es muy gratificante ver cómo, con el tiempo, los cocineros y las marcas empiezan a verme como referente.

Ahora estamos trabajando mucho para tener reconocimiento de marca; que la gente vea  el logo o la decoración y nos reconozcan. También queremos llegar a distintas ciudades, pero no es tan fácil ya que nuestra prioridad es cuidar la calidad y expandirnos puede significar correr ese riesgo. Tengo proyectos para dar clases en Córdoba, Rosario y Mendoza.

Historias inolvidables
¡Tenemos miles de anécdotas! Una que nunca nos olvidamos es el primer día de una de las chicas. Estaba re nerviosa porque no conocía a nadie, era chica y no tenía mucha experiencia laboral. Como primera tarea le dije que fuera a derretir chocolate al microondas, y se golpeó la frente con la punta de una mesada. Se dio vuelta y tenía un corte enorme y sangraba mucho. Las otras chicas estaban por morirse de risa, pero no querían hacerla sentir mal. Fueron desapareciendo de a poco para que ella no se diera cuenta. Por suerte no era tan grave como para coserla y se fue a su casa porque no podía más. Hoy nos acordamos de ese día y nos seguimos matando de risa. Después nos confesó que ella también se quería morir de risa, pero no se animaba.

Aprendizajes del camino recorrido
En todo este tiempo aprendí, por un lado, a trabajar en equipo como pares. Está bueno poder cubrirnos entre nosotras y trabajar con responsabilidad. Y por otro lado, a arriesgarme y animarme. Tuvimos momentos buenos y otros en los que fallamos, pero siempre con la satisfacción de habernos animado.

¡Probá estas dos recetas de Valu!

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Banabrownie

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Tarta de frutillas con masa de nuez

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