Por María Ducos

Diseñadores industriales, hermanos y creativos, Luli y Juan son los emprendedores detrás de @mywood.ar, un proyecto que hace un uso original y disruptivo de la madera y en el que cada detalle importa al crear lámparas, cuadros y accesorios.

Un viaje como disparador de un gran proyecto. Luli tenía 24 años, era estudiante de Diseño Industrial y tenía unas ganas enormes de lanzarse a emprender. Tenía una pista de por dónde debería surcar su camino: quería experimentar con la madera como materia prima. Así fue que en febrero del 2018, al volver de viaje, se asoció con Juan, su hermano y también aspirante a diseñador, y empezaron a buscar ideas con Pinterest como gran referente. 


El primer disparador fue haber encontrado unas lámparas de plástico que abrieron el primer interrogante, ¿por qué no de madera? Con la adrenalina que imprime estar en el camino correcto, cortaron la madera, compraron los LEDs, pintaron, ensamblaron y… ¡funcionó! Tenían en sus manos la primera prueba de lo que sería
@mywood.ar, un proyecto que tiene a la madera como protagonista y que marca la diferencia en los detalles de cada diseño. 

El garage como punto de partida

Empezar tu primer emprendimiento en un garage suena a trillado, a que solo pasa en las películas, pero en el caso de Luli y Juan no puede haber sido más real. De chicos, su familia se trasladó a Jujuy, y al terminar el colegio cada uno volvió a la gran ciudad a empezar sus estudios universitarios. Vivieron en la casa de sus abuelos y por eso fue el garage donde realmente empezó la magia. 

“Al principio era un juego, teníamos un par de maderas y pintura que las íbamos moviendo por la casa cuando nuestros abuelos recibían visitas”, nos relatan. Así fueron pasando los meses y la producción no paraba de crecer: había que tomar una decisión. Refaccionar la casita del fondo fue lo que necesitaban para ordenarse un poco y empezar a pensar su proyecto un poco más en serio.

Dar el salto

Un año y medio fue el tiempo que los alojó la casita del fondo. Las ganas de crecer y de progresar iban de la mano con la temperatura del negocio, que se mantenía a paso firme. Entonces, una linda apuesta de parte de su papá llegó como oportunidad: si vendían cierta cantidad de lámparas los ayudaría a mudarse.

Así fue como en plena pandemia encontraron su casa/taller. Un lugar donde vivían y también trabajaban, donde lograron experimentar la independencia a la vez que se asentaban en el proyecto que tantas sonrisas les sacaba. También sumaron varios productos más a su cartera además de las lámparas LED: cuadros, muñecos de apego y un par de accesorios.

Encontrar el orden, ganar eficiencia

Los detalles marcan la diferencia de su negocio. Diseños propios, no caer en lo clásico y perfeccionar el proceso productivo son las claves para sobresalir en calidad y originalidad en un mercado competitivo. 

El detrás de escena de todo emprendimiento siempre es un terreno fértil para aprender de los errores y ganar eficiencia. Al principio, cuentan los chicos, la rutina no era rutina: trabajaban a cualquier hora, cualquier día y en cualquier horario. Con el tiempo y a la vez que Luli terminó la facultad, la organización tomó un papel clave. Seguir el conteo de las horas de trabajo y cobrar lo que a cada uno le correspondía empezó a ordenar las cosas. 

Los días nunca se parecen entre sí, y eso resume el encanto de emprender. Pintar, armar cajas, sacar fotos, diseñar, son algunas de las muchas tareas de llevar las riendas de algo tan propio.

Audiencia y familia, un gracias eterno

“Nuestra audiencia es todo”, nos cuentan. Entender que del otro lado hay personas y no simplemente clientes parece marcar el rumbo. “Nos emociona cuando nos recomiendan, cuando suben historias etiquetándonos. Es increíble, pero de algo tan simple, de este lado se genera algo inmenso”. En definitiva, su público es el motor para seguir creciendo.

Y si a alguien le deben todo es a su familia. A sus abuelos, que además de prestarles el garage y la casita del fondo, los mimaron cada día. A sus papás, que les dieron el primer empujón para arrancar y los motivaron a seguir. También sus amigos son parte de este crecimiento, apoyando en cada post, en cada historia y en cada recomendación. My Wood es una historia de mucho trabajo y también de mucha confianza, ayuda y cariño. 

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